Lengua ideología y diccionario. A propósito del español moderno de la ciencia
y de la técnica
La lengua de la ciencia, como la misma ciencia, no es neutra. La historia de
las ideas muestra una y otra vez cómo los factores políticos, sociales, incluso
económicos, influyen en la adopción de un determinado paradigma científico, y cómo
esos cambios de conceptos van aparejados a la acuñación de unas opciones léxicas,
en detrimento de otras. Los diccionarios han constituido un instrumento privilegiado
para la transmisión del conocimiento, y para la divulgación de las ideas -no solo
de las palabras- por su fuerza normativa y su carácter legitimador.
En la época moderna este fenómeno se pone de manifiesto particularmente, debido,
por una parte, al mayor protagonismo social de la ciencia, ya que se desarrolla
como nunca antes lo había hecho, y por una tendencia ya conocida a incorporar el
vocabulario científico y técnico a los diccionarios generales.
En la presente contribución me propongo mostrar cuatro ejemplos señeros que afectan
al español del siglo XIX:
La nomenclatura química en español. Tras una temprana recepción de la
Nueva nomenclatura química de Lavoisier, cuatro adaptaciones de la nueva
terminología química compiten entre ellas. Registran algunas variaciones importantes.
Y no es precisamente la primera traducción la que se consolida. En este proceso
influyen los nacionalismos científicos y políticos, que trataremos de desvelar.
Y los diccionarios servirán como legitimadores de unas determinadas soluciones
léxicas.
La lexicografía de autor de mediados del siglo XIX. La tendencia de los
diccionarios a ampliar su nomenclatura con voces de la ciencia y de la técnica
tiene uno de sus episodios más característicos en la figura de R. J. Domínguez.
Y para abastecer su diccionario de terminología, este autor echa mano de otro
diccionario francés, el de Bescherelle, a través de cuya traducción incorpora
al español un buen número de neologismos técnicos. Esta postura de Domínguez
no es casual. Tras ella se esconde todo un programa ideológico de superación
de las obsoletas estructuras políticas y sociales de la España decimonónica,
que desde el punto de vista del léxico de la ciencia y de la técnica, prolongará
su influencia en toda la lexicografía española de la segunda mitad del siglo
XIX.
La llegada del léxico evolucionista al español. Las teorías de Darwin agitan
las estructuras sociales y religiosas en el segundo tramo del siglo XIX. Y esas
teorías están acompañadas de un aparato léxico que, en su llegada a los diccionarios,
deja entrever los titubeos generados por las dudas, por los miedos, y que se
materializan no solo en la aceptación o no de estos neologismos en las páginas
de los diccionarios, sino en las mismas definiciones.
El Diccionario Hispanoamericano de Montaner y Simón. Es el broche de oro
a la lexicografía del siglo XIX, a la vez que su influencia se prolonga en el
siglo XX a través de la Enciclopedia Espasa, de la que está considerado
antecedente. El desembarco de voces de la ciencia y de la técnica en sus páginas
es muy considerable, pero su interés aumenta si se tiene en cuenta el contexto
social y político en que surge: la España post-colonial que pugna por tender
puentes hacia los demás países de habla hispana, en un intento por restablecer
la conexión cultural con el otro lado del Atlántico. El Diccionario enciclopédico
hispanoamericano se convierte, así, en vehículo de unos propósitos políticos
y culturales que se perciben también en el tratamiento que se da a las palabras
de la ciencia y de la técnica.
Estas cuatro catas en la historia de la lexicografía y del léxico de la ciencia
y de la técnica contribuirán al conocimiento de la relación entre lengua e ideología
del español moderno.